7. El Reglamento General de Instrucción
- Mientras el Perú necesitaba explotar nuevas fuentes productivas, en el área de la educación no formaba sino a científicos puros, ajenos a la aplicación directa de los conocimientos, a profesionales liberales y a técnicos de mando medio u obreros especializados salidos de las aulas de la Escuela de Artes y Oficios de Lima. Desde el especulacionismo de la Facultad de Ciencias de San Marcos, de reciente creación, hasta el practicismo de la Escuela de Artes y Oficios no había un paso intermedio. Por otra parte, todo el sistema educativo estaba regido por el Decreto de 1855 que no hacía sino añadir algunos elementos sin sistematizar propiamente el problema de la enseñanza. La urgencia de un reglamento general era, pues, evidente. Consciente de estas necesidades, Manuel Pardo había pensado en la creación de una Escuela de Ingenieros y en la reforma de la estructura educativa en el país.
- Comisionado por el Gobierno, Habich viaja a Europa para conseguir profesores, programas, libros y material de enseñanza para una futura Escuela de Minas. Mientras recorría las principales instituciones de instrucción técnica, Manuel Pardo, a través del Ministerio de Instrucción, Justicia, Culto y Beneficencia, decreta la modificación del Reglamento de Instrucción Pública de 1855. Se nombra una comisión compuesta por J. A. Roca, M. A Fuentes, C. Ulloa, P. Pradier Foderé, J. J. Granda y P. Paz Soldán y Unánue, el literato que responde al nombre de Juan de Arona. Terminado el proyecto se designa una Junta Consultiva que inicia sus sesiones el 25 de septiembre de 1875.
- Al regresar Habich de Europa, se lee en un documento manuscrito que se conserva en el Archivo Histórico de la Universidad Nacional de Ingeniería, “...el mismo Sr. Pardo nombró al Sr. Habich para que tomara parte en la Junta Consultiva de Instrucción para organizar una Escuela Especial de Minas”. El 29 de noviembre comenzó la Junta a ocuparse de la organización de los estudios de la Facultad de Ciencias conforme al plan presentado por Habich y Folkierski. El proyecto de los ingenieros polacos tendía a convertir a la Facultad de Ciencias en una escuela politécnica a fin de acomodarla a las necesidades de tecnificación del país.
- No parece que el proyecto Habich-Folkierski tuviera buena acogida entre los científicos sanmarquinos, quienes se inclinan, más bien, a crear una escuela técnica separada de la Universidad, siguiendo las directrices trazadas por los ingenieros. En opinión de José Granda era esto lo más conveniente puesto que la Facultad de Ciencias no satisfacía ninguna necesidad real de la sociedad. Duras debieron parecer estas palabras no sólo porque provenían de un connotado científico sino porque ponían en entredicho a un centro de estudios de tan reciente creación.
- En el proyecto de ley que será finalmente aprobado el 18 de marzo de 1876 se proponen ciertos cambios en la Facultad de Ciencias de notable significación en cuanto a la metodología de la enseñanza. La proposición de Habich y Folkierski no consigue cambiar sustancialmente la estructura de la Facultad aun cuando se dé más importancia a la práctica en laboratorios y gabinetes, pero convence a los miembros de la Junta Consultiva de la necesidad de propiciar la creación de una Escuela de Ingenieros.
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